La finca consta de casi 130 hectáreas de olivares, dehesa y bosques de encina y roble donde perderse, descansar y disfrutar de la naturaleza en estado salvaje. Ubicada en entre fincas de labor y lejos de cualquier centro de población, la finca La Ramallosa ofrece descanso en plena naturaleza, pero con todas las comodidades de un hotel. Su alejada situación del pueblo más cercano y su cercanía con la frontera portuguesa (el río que hace de frontera entre ambos países está a menos de 6 Km de la finca) transportan al cliente a la vida de principios de siglo, cuando las gentes habitaban el campo y vivían en caseríos como La Ramallosa. Eran tiempo de labranza, recogida de aceitunas etc.
Servicio de hotel 24 horas. Excelente gastronomía.
Rutas a caballo, quad, senderismo, 4x4, comidas, cenas, pic-nics etc.
Los propietarios, Alfonso y Rebecca, atienden personalmente a sus clientes. |